Los 5 beneficios de beber agua con limón

Médicos, gurúes del fitness y nutricionistas recomiendan el agua con limón especialmente para bajar de peso,  reforzar el sistema inmunológico y el desarrollo cognitivo.  

¡El agua con limón es excelente para la piel! ¡Es buenísima para bajar de peso! ¡Es el mejor remedio para la tos! Son frases que le oyes decir a la familia, a los compañeros de trabajo, a los amigos y que lees en la web. Lo cierto es que tomar un vaso con limón en ayunas aporta innumerables beneficios para la salud.

El limón es una de las principales fuentes de la vitamina C, los primeros nutrientes que agotamos cuando sometemos la mente y el cuerpo al estrés. Además, contiene flavonoides y agentes antioxidantes que protegen nuestro cuerpo de toxinas y enfermedades. También es rico en potasio, que estimula la función del cerebro y los nervios y controla la presión sanguínea. 

Según la base de datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los nutrientes del agua con 48 gramos de limón exprimido, son:

  • 10,6 calorías
  • 18,6 miligramos (mg) de vitamina C.
  • 9.6 microgramos (mcg) de folato.
  • 49,4 mg de potasio.
  • 0.01 mg de vitamina B-1.
  • 0.01 mg de vitamina B-2.
  • 0.06 mg de vitamina B-5.

Ayuda a la pérdida de peso

La pérdida de peso es el beneficio más común del agua con limón, aunque a decir verdad esta afirmación no tiene ningún asidero científico. Los limones son ricos en fibra pectina (fibra soluble) que ayuda a controlar el apetito. El zumo de limón acelera el metabolismo y ayuda a eliminar toxinas, a través de la orina, ya que es diurético.

Es un excelente sustituto para las bebidas con alto contenido de azúcar y calorías.

Aumenta la inmunidad

El limón estimula el sistema inmunológico, que debemos cuidar en la era Covid-19.

Los flavonoides que contiene el zumo de limón tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas y ayudan a controlar el colesterol y la diabetes tipo 2. Su cáscara contiene componentes que ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre y en el hígado.  Los flavonoides son componentes indispensables en productos medicinales y cosméticos. Por otro lado, los agentes antioxidantes del limón reducen el riesgo de infecciones y combaten los radicales libres, que dañan las células sanas.  

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¿Cuáles son los ‘superalimentos’?

El término “superalimento” es una expresión de marketing utilizado para describir ciertos alimentos que se considera que tienen altos niveles de nutrientes y beneficios para la salud. Sin embargo, no existe una definición oficial de lo que se considera un superalimento, y el término no está regulado por ningún organismo gubernamental.

Super Alimentos

Food, nature. Heap of delicious berries on a white background

Aunque el término “superalimento” se ha popularizado en los últimos años, muchos de los alimentos considerados superalimentos se consumen desde hace siglos en dietas tradicionales de todo el mundo. Por ejemplo, la quinoa ha sido un alimento básico en la región andina de Sudamérica durante miles de años, y los arándanos han sido utilizados durante mucho tiempo por los pueblos indígenas de Norteamérica por sus propiedades medicinales. Uno de los motivos por los que los superalimentos suelen ser alabados por sus beneficios para la salud es que suelen ser ricos en nutrientes como vitaminas, minerales y antioxidantes. Estos nutrientes son importantes para diversas funciones corporales, como el funcionamiento del sistema inmunitario, la salud ósea y la producción de energía. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no existe ningún “superalimento” que pueda aportar todos los nutrientes que una persona necesita para estar sana. En su lugar, es importante seguir una dieta variada que incluya una amplia gama de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables.

¿Super alimento implica super Saludable ?

Además, es importante recordar que el hecho de que un alimento esté etiquetado como superalimento no significa necesariamente que sea la opción más saludable. Por ejemplo, algunos alimentos que suelen etiquetarse como superalimentos, como las bayas de acai o las bayas de goji, pueden tener un alto contenido en antioxidantes pero también un alto contenido en azúcar. En resumen, aunque los superalimentos pueden ser sin duda un complemento saludable de una dieta equilibrada, es importante consumirlos como parte de un patrón general de alimentación saludable, en lugar de confiar en ellos como una panacea para los problemas de salud.

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¡Yo soy el hígado!

Me nombran mucho, incluso se hacen bromas en ocasiones cuando alguien
menciona que se ha tomado unos tragos, y es normal que así suceda porque el
licor no me cae muy bien. Soy el hígado, un órgano vital para tu cuerpo, y quiero
que me conozcas y sepas lo importante que soy para ti.

El Covid-19 evidenció en algunos pacientes confusión mental y lentitud de pensamiento, lo que enominaron como niebla cerebral, un deterioro cognitivo común. Esta condición mental hace parte de las secuelas agudas de la infección por SARS-CoV-2. La confusión mental puede persistir durante
varias semanas después de la recuperación de la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas?


¿Qué hago en tu cuerpo? Tengo muchas funciones: regulo la mayoría de los
niveles de sustancias químicas de la sangre y produzco la bilis, un líquido que se
almacena en la vesícula biliar, otro órgano vecino que ayuda a que algunas de mis
funciones trabajen mejor. La bilis hace que el proceso digestivo sea el adecuado
porque descompone las grasas que entran a tu cuerpo a través de todo lo que
comes y bebes.
Otra de mis tareas es la eliminación de sustancias tóxicas que pueden ser
producidas naturalmente en tu cuerpo, como los desechos metabólicos, o pueden
provenir del ambiente, como los contaminantes del aire y los productos químicos.
También soy esencial para la regulación de los niveles de glucosa, el azúcar en la
sangre. Cuando tus niveles de azúcar en la sangre disminuyen, libero glucógeno
en el torrente sanguíneo para que todo esté en el nivel correcto. La glucosa
también es responsable de la producción de proteínas importantes para tu
organismo.

El hígado produce la bilis, un líquido que descompone las grasas y
hace más fácil el proceso digestivo.

¡Y tengo más tareas! Regulo los niveles de aminoácidos en la sangre, estos se
encargan de formar las proteínas; proceso la hemoglobina para distribuir el hierro
que almaceno; convierto el amoníaco tóxico en urea; hago que los medicamentos
que consumas se filtren y las sustancias tóxicas sean eliminadas; trabajo para que
tu sangre tenga la coagulación adecuada; ayudo a crear la resistencia a las
infecciones, a producir factores de inmunidad y a eliminar ciertas bacterias del
torrente sanguíneo; me encargo de depurar la bilirrubina, ya que si esta excede
sus niveles, tu cuerpo y ojos se pondrán amarillentos.


Los expertos dicen que hay un centenar de enfermedades que podrían impedir mi
buen funcionamiento. Las más comunes tienen que ver con varios tipos de
hepatitis. Hablemos de esta enfermedad.

  • Hepatitis A: hace que me inflame, y se da por un virus que puede entrar a
    tu cuerpo por medio de los alimentos o agua contaminada. ¡Ten mucho
    cuidado!

Si estás orinando con un color amarillento oscuro, tienes diarrea, te sientes
cansado sin razón, te da fiebre o haces deposiciones de color gris o arcilla, ponte
alerta.

  • Hepatitis B: también es de tipo viral. Me ataca cuando tu cuerpo entra en
    contacto con los fluidos corporales de una persona infectada. Puede ser
    aguda o crónica. Cuando es aguda su duración es de algunas semanas,
    máximo seis meses. La Hepatitis B crónica es la evolución de la aguda,
    cuando el cuerpo no logra erradicar el virus.
    Se trata con medicamentos antivirales, pero si los exámenes de sangre indican
    que el virus sigue haciendo daño, puede causar cirrosis, insuficiencia hepática o
    cáncer de hígado, el paciente podría ser considerado para un trasplante de
    hígado.
  • Hepatitis C: también es de origen viral y se transmite cuando entras en
    contacto con la sangre de otra persona infectada. He escuchado historias
    de personas contagiadas a través de transfusiones sanguíneas. ¡Y mucho
    cuidado, porque no tiene vacuna!
    También se presentan hepatitis de tipo agudo o crónico. La aguda es de
    corta duración, puede permanecer hasta por seis meses en tu cuerpo. Si
    sientes que estás perdiendo el apetito, náuseas, dolor de estómago, vómito
    o que tu piel y tus ojos se ponen amarillos, ¡prende las alarmas!
    Si te diagnostican y tratan a tiempo, esto puede ayudar a prevenir daños
    más graves en mí y a que aparezcan enfermedades mucho más
    complicadas, como la cirrosis, la insuficiencia hepática o el cáncer de
    hígado.
    Recuerda que aunque soy un órgano muy resistente y capaz de regenerarme por
    mí mismo, estas enfermedades me pueden generar daños irreparables.
    ¿Cómo me debes cuidar? Yo sé que muchas veces te dejas llevar por el gusto
    de algunas cosas que comes y bebes que nos son sanas. De vez en cuando eso
    no está mal, el problema es que se vuelva un hábito. Sí, soy fuerte y resisto, pero
    no abuses de mí.
    ¿Qué me hace daño? Las grasas, el azúcar refinada, todos esos paquetes que te
    comes cuando vas de paseo o te invitan a una reunión. Evita el alcohol, las
    drogas y las sustancias tóxicas.
    Para que yo funcione bien, come sano y haz ejercicio, busca estar siempre en el
    peso ideal, de acuerdo a tu edad y estatura. Recuerda que lo recomendable es
    que hagas una actividad física mínimo tres veces a la semana por 30 minutos.

Consume alimentos saludables: frutas, verduras, cereales integrales y proteínas
bajas en grasa.
También te recomendaría que evites el exceso de estrés. Aunque no está
comprobado científicamente, algunos médicos alternativos me atribuyen tus
estados emocionales y tu capacidad de pensar con claridad. Dicen que soy yo
quien guarda tus rabias reprimidas, y que puedo ocasionarte dolores de cabeza,
sabor amargo en la boca, falta de apetito, o insomnio.
Todo lo que yo te puedo decir es que cuando te desequilibras, me desequilibro.
Así que calma: duerme bien, descansa, piensa en cosas bonitas, y de vez en
cuando desintoxícame. Eso me cae bien.

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El intestino: el segundo cerebro.

¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago cuando se enamora? ¿O ha perdido el apetito tras una mala noticia? ¿O se pone de mal humor cuando tiene hambre? Cada día experimentamos como nuestro cerebro y nuestro intestino están conectados y se hablan constantemente.

Los intestinos contienen más de 100 millones de células nerviosas, casi tantas como la médula espinal, razón por la cual los científicos llaman al intestino grueso ‘el segundo cerebro’. De hecho, cuando se trata de comprender el comportamiento y el desarrollo humano, el sistema digestivo desempeña un papel más importante de lo que pensamos.

La microbiota intestinal, formada por billones de seres microscópicos que albergamos en el colon, es capaz de alterar nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental. Por eso los médicos tienen cada vez más claro que la función de nuestro sistema digestivo va mucho más allá de procesar la comida que ingerimos.

¿Cómo está conectado el intestino con el cerebro?

Marie François Xavier Bichat, un médico francés del siglo XVIII, descubrió que el tubo digestivo cuenta con su propio sistema nervioso, llamado sistema nervioso entérico (SNE), el cual es independiente del sistema nervioso central, es decir del cerebro. A diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, nuestro intestino, puede funcionar solo. Alberga cientos de millones de neuronas que le dan autonomía para tomar decisiones y no necesita que el cerebro le diga qué hacer.

Sin embargo, el cerebro influye en el intestino a través del sistema nervioso autónomo (sistema nervioso simpático y sistema nervioso parasimpático), el sistema nervioso entérico (red del tracto digestivo) y las hormonas. El nervio vago es un componente del sistema nervioso parasimpático que conecta el cerebro con el intestino. El 90% de este nervio desempeña la función de enviar señales gastrointestinales hasta el cerebro.

La información del intestino se transmite al cerebro y los desequilibrios que forman ambos órganos pueden provocar cambios psicológicos relacionados con las emociones, los gustos y los impulsos. Los nervios y el estrés causan dolores abdominales, estreñimiento o diarrea y deterioro en la calidad de vida. No sabemos qué se produce primero: el trastorno digestivo o el sicológico, es el mismo dilema del huevo o la gallina, tan común en la ciencia cuando se presentan este tipo de asociaciones.

Casi la mitad de los pacientes con síndrome del intestino irritable (SII) sufren depresión o ansiedad. Las dos enfermedades suelen aparecer juntas, pero se tratan de manera independiente y no como si una fuera el resultado de la otra.

Se ha descubierto también que estos desequilibrios están vinculados al Parkinson, a la demencia, al asma, a las alergias, a la depresión, a los trastornos de ansiedad, al autismo, al alzhéimer y a la esclerosis múltiple.

¿Cómo se comunica el intestino con el cerebro?

  • El intestino produce alrededor del 95% del suministro de serotonina del cuerpo, un neurotransmisor que juega un papel esencial en el estado de ánimo, la regulación del sueño y el control del apetito. La mala digestión intestinal o los desequilibrios bacterianos, pueden desarrollar depresión y otros trastornos mentales.
  • Las bacterias intestinales también se comunican con el cerebro al producir metabolitos que influyen en el estado de ánimo y el comportamiento. Por lo tanto, un intestino no saludable afecta el cerebro.

¿Cómo podemos fomentar la salud en el eje intestino-cerebro?

La primera recomendación es una dieta variada que incluya fibra, vitaminas, minerales y probióticos. Los investigadores se centran en suplementos a base de cócteles de bacterias concretas para impactar en la salud mental. Se deben evitar alimentos con alto contenido de azúcar, ingredientes procesados o fermentados, que alteren el delicado equilibrio de las bacterias en el intestino y también, el consumo de alcohol, cafeína y comidas picantes.

También es importante hacer ejercicio con regularidad, pues ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo y aumenta la actividad de los neurotransmisores y las hormonas necesarias para una función digestiva adecuada. Debemos bajar el estrés con meditación, relajación, mindfulness o yoga y tratar de dormir bien.  Recordemos siempre que lo pasa en nuestro intestino afecta a nuestro cerebro y viceversa.

Traducido de topdoctormagazine.com

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Vitamina D: todo lo que necesita saber

Durante la última década, se han multiplicado las investigaciones y el interés social
sobre la vitamina D, un nutriente que prende las alarmas por su déficit en niños y
adultos en el mundo. Algunos estudios muestran que los países con valores bajos de
vitamina D tienen mayor tasa de mortalidad por Covid-19.
La vitamina D es una barrera contra las enfermedades respiratorias y las infecciones
virales. Es un nutriente necesario para la salud, ayuda al cuerpo a absorber y retener el
calcio y el fósforo, dos minerales vitales para desarrollar huesos fuertes, tener una buena
contracción muscular y disminuir el riesgo de fracturas. Sin vitamina D, los huesos
pueden volverse blandos, delgados y frágiles, y causar osteoporosis en adultos y
raquitismo en niños.
Con esos antecedentes, un baño de sol siempre viene bien. Recordemos que la vitamina
D se obtiene en un 90% a través de la exposición solar y, el resto, de alimentos como el
pescado graso, salmón, sardinas, hongos, y leche fortificada. Esta vitamina no se
encuentra naturalmente en muchos alimentos, por eso los nutricionistas recomiendan
apoyarse en suplementos dietéticos que contengan vitamina D2 y D3.
Las personas de piel oscura o con altos niveles de melanina suelen tener bajos niveles
de vitamina D.

¿Qué hacer si hay déficit?
 
La vitamina D es vital para el sistema nervioso, óseo e inmunológico. Si tiene
deficiencia de está vitamina debe:

  • Aumentar la exposición al sol. 
  • Comer alimentos ricos en vitamina D.
  • Tomar un suplemento de vitamina D. 

La deficiencia de vitamina D en los niños produce un crecimiento óseo incorrecto,
debilidad muscular, dolor óseo o deformidades en las articulaciones. En adultos, los
signos son fatiga, dolor de huesos, debilidad muscular, calambres e incluso cambios de
humor repentinos.
La deficiencia en vitamina D se puede originar por algunas enfermedades como la
fibrosis quística, la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, la enfermedad renal
crónica y la obesidad, porque las células grasas mantienen la vitamina D aislada.  Otra
causa de su deficiencia puede ser tomar medicamentos como laxantes, esteroides,
algunos diuréticos y pastillas para el colesterol y para prevenir convulsiones.
Alimentos que contienen vitamina D de forma natural
Pescados grasos (como atún, salmón y sardinas).

  • Trucha arcoíris.
  • Hígado de res.

Hongos.

  • Yema de huevo.
  • Aceite de hígado de bacalao. 

Algunos alimentos fortificados con vitamina D

  • Leche.
  • Leche de soya, almendras o avena. 
  • Cereales.
  • Zumo de naranja.
  • Yogur o productos lácteos

Algunos alimentos fortificados con vitamina D

  • Leche.
  • Leche de soya, almendras o avena. 
  • Cereales.
  • Zumo de naranja.
  • Yogur o productos lácteos. 

¿Se puede consumir demasiada vitamina D?

  • El exceso de vitamina D provoca hipercalcemia, una sobredosis de calcio en la sangre y
  • sus síntomas son:
  • Náuseas. 
  • Sed. 
  • Pérdida del apetito.
  • Constipación. 
  • Desorientación y confusión. 
  • Debilidad.
  • Desequilibrio. 
  • Cálculos renales y daño renal.
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El trabajo sin límites de Médicos sin Fronteras

Terremoto en Turquía, violencia en Haití, complicados casos de sarna
en refugiados de Cox’s Bar en Bangladesh, un club de madres
adolescentes en Zimbabue que alzan su voz con el fin de empoderar
su salud sexual, o para no ir tan lejos, Colombia donde los Médicos
Sin Fronteras también trabajan sin descanso en poblaciones
vulneradas por la violencia, por los desastres naturales, por la
pobreza, por la falta de acceso a la salud… Son profesionales, con
diferentes especialidades, que a menudo se exponen a situaciones de
peligro, como sucesos violentos, o riesgo de contagio de
enfermedades letales. Su escenario de trabajo siempre ocupa los
titulares de prensa, y donde hay una calamidad, siempre hay un
especialista de MSF.
TOPDOCTOR MAGAZINE EN ESPAÑOL tuvo la oportunidad de
hablar con el director para Latinoamérica de MSF, una organización
fundada en Francia en 1970, bajo tres principios humanitarios:
imparcialidad, neutralidad e independencia. La organización ha
prestado asistencia médica a millones de personas en todo el mundo.
Andrés Weisz llevaba una ‘vida normal’, antes de empezar su aventura
con Médicos Sin Fronteras. Es economista, trabajaba para Naciones
Unidas y había hecho un completo recorrido profesional en empresas
multinacionales vinculadas al mundo privado. Pero no era feliz.
Un día de enero de 2008, cuando empezaba como administrador en
Etiopía, fue enviado a una jornada de vacunación a una zona en
medio de la nada africana, llamada Guji. Allá, cuando viajaba en plena
noche, en una camioneta de MSF, con dos etíopes y un sierraleonés,
entendió que trabajar para una organización así, no es sólo un asunto
profesional, es un modo de vida. “Tienes que renunciar al confort”.

Cuenta Weisz que en esta empresa gigante trabajan 63 mil personas
de 172 nacionalidades, en 70 países del mundo. Sus recursos
provienen de más de siete millones de donantes independientes, no
reciben dineros de ningún Estado, de organizaciones religiosas, o
políticas, ni de grandes multinacionales.
Han estado presentes en algunas de las crisis humanitarias más
graves del mundo: la epidemia del VIH en África, la crisis de
refugiados en la frontera entre Pakistán y Afganistán, el terremoto de
Haití en 2010, sólo por mencionar algunas, y las más recientes, el
terremoto de Turquía y Siria, donde centraron su tarea en conseguir
refugio a los inmigrantes y brindarles atención médica primaria. En
2022, durante la guerra entre Rusia y Ucrania, MSF puso un tren en
Ucrania que atravesaba el país de oriente a occidente para evacuar
pacientes, así lograron atender a más de tres mil personas.
Trabajar en estos países implica un esfuerzo logístico gigantesco.
Tienen tres centros de aprovisionamiento: Bordeaux (Francia),
Bruselas (Bélgica) y Ámsterdam (Países Bajos). Desde allí hacen
llegar los equipos y medicamentos que necesitan para atender la
tragedia. A veces, si las condiciones de la zona no son buenas, les
toca improvisar un refugio. Por ejemplo, en Sudán del sur, un país
africano muy rural, montaron un hospital inflable para hacer varias
cirugías con óptimas condiciones sanitarias.
“Hay países donde se llega a acuerdos con los ministerios de salud
para operar en hospitales normales. El hecho es poder ayudar”, dice
Weisz, con la plena consciencia de que a veces los médicos y los
enfermeros trabajan en lugares peligrosos y apartados, en los que se
ve la vida con ojos compasivos.
MSF en Colombia
La MSF tuvo su primera misión en Colombia en 1985, durante la
tragedia de Armero por la erupción del volcán Nevado de Ruiz, en el
Tolima, que hoy, por su actividad sísmica, de nuevo tiene a la
comunidad en alerta.
Han pasado 38 años desde la tragedia y la situación de país sigue
siendo compleja en muchos aspectos, pobreza, brechas sociales,

conflictos armados y deficiente atención en salud. En este último
punto, la zona más afectada es la región del Pacífico, específicamente
el Alto Baudó, en Chocó; y el Triángulo de Telembí, en Nariño, hasta
donde llega regularmente MSF a prestar una atención médica y
humanitaria.
Actualmente, para la MSF la problemática más difícil en nuestro país
es el paso de los migrantes. Cuenta Weisz que la mayoría son
venezolanos, haitianos y personas del medio oriente. “Algunos vuelan
a Ecuador, porque no les piden visa, atraviesan Colombia, siguen la
ruta de Centroamérica hasta llegar a México y pasan la frontera con
los Estados Unidos, una travesía que puede llegar a durar 40 días y
solo algunos cumplen su meta de tocar suelo americano”.
Las cifras de migrantes son alarmantes. En 2022, 240 mil migrantes
cruzaron el Darién, una selva espesa y sin recursos. MSF atendió más
de 40 mil consultas médicas y de salud mental, mujeres embarazadas,
niños que perdieron a sus padres en la selva, casos de violencia
sexual y robos.
En su paso por Colombia, Weisz habló de la satisfacción que siente al
aportar un grano de arena para que nuestro país tenga una mejor
atención en salud en regiones apartadas y poder darle una luz de
esperanza a los desplazados por la violencia. Colombia, dice, siempre
estará en el corazón de MSF.
Destacado
MSF es una organización multidisciplinaria en la que trabajan 63 mil
personas de 172 nacionalidades, en 70 países.
Pie de foto 1: El Geo Barents es el barco que utiliza MSF para rescatar
migrantes que salen de Libia.
Pie de foto 2: El quirófano, que instalan en una carpa inflable, es la
opción cuando las condiciones de la zona no permiten algo mejor.
Cortesía MSF.
Pie de foto 3: Andrés Weisz, director de Médicos Sin Fronteras para
Latinoamérica.
TDMEE

Pie de foto 4: En este tren, que adecuaron como clínica, atendieron
más de tres mil personas heridas en la guerra de Rusia y Ucrania.
Cortesía MSF
Pie de foto 5: equipos médicos de MSF afrontan situaciones que no
cualquier profesional de la salud vive, pero ellos lo asumen como una
forma de vida.

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¿Qué es la niebla cerebral?

Niebla cerebral posterior al Covid: lo que sabemos hasta ahora y estrategias para ayudar a disolver la nube.

El síntoma más común es el deterioro de alguna de las funciones mentales que hace difícil pensar  con claridad, de ahí el término "niebla". Las personas tienen dificultades para encontrar la palabra correcta, recordar nombres, concentrarse o realizar múltiples tareas. La niebla cerebral ralentizar al cerebro en la codificación de información, lo que dificulta el aprendizaje, afecta la toma de decisiones y crea fatiga mental. 

El síntoma más grave de la niebla cerebral por COVID-19, afecta a adultos de mediana edad y se denomina síndrome disejecutivo.  Las redes cerebrales, frontopariental y frontoestriatal,  responsables de las funciones motoras conductuales y mentales, se afectan y hacen que el cerebro tenga una capacidad reducida para funcionar.

Los investigadores de un estudio, publicado en JAMA Network Open a finales de 2001, evaluaron a 740 pacientes de una edad promedio de 49 años, que tuvieron COVID-19, en Nueva York, y  encontraron que tenían el síndrome disejecutivo, incluso meses después de recuperarse de la infección por COVID-19. Estos pacientes no tenían antecedentes de demencia ni problemas mentales anteriores al COVID.

Causas de la niebla cerebral

La niebla mental no es solo un fenómeno psicológico, sino un proceso biológico que puede afectar a cualquier persona infectada con COVID-19, sin limitarse a quienes llegaron a la UCI o estuvieron conectados a un ventilador.  Su causa es difícil de determinar. Algunos factores comunes son:

  1. Oxigenación cerebral deficiente causada por lesión
    cerebral, daño pulmonar multiorgánico o uso de ventilador.
  2. Inflamación de las cubiertas del cerebro (encefalitis viral) o
    de los vasos sanguíneos (lesión microvascular).
  3. Tormenta de citocinas, lo que conduce a una respuesta
    autoinmune post infecciosa.
  4. La neuropatía autonómica y de fibras pequeñas, de
    mecanismos virales complejos, podría provocar mareos y
    aturdimiento.

Estos factores afectan el tejido circundante del cerebro o la. cantidad de oxígeno que recibe, lo que deteriora la función. cerebral y crea la confusión mental asociada con COVID-19.. Un estudio del líquido cefalorraquídeo en pacientes post-. COVID-19, no hospitalizados ni con afecciones graves,. mostró inflamación cerebral. Los sistemas inflamatorios, que. se activan durante la infección, seguían activos incluso. después del virus. Los investigadores vieron que los. pacientes con niebla mental también podían sufrir de. hipertensión, diabetes, apnea del sueño, depresión, ansiedad. y problemas de aprendizaje.

Hay innumerables situaciones que podrían causar o potenciar. los síntomas de niebla mental: la dieta poco saludable, la. mala calidad del sueño, el estrés crónico, los cambios. hormonales, el uso de ciertos medicamentos y afecciones. médicas como anemia, quimioterapia y depresión.

Manejo de la niebla cerebral post-COVID-19

En este caso, los médicos recomiendan anotar los síntomas y. hacerse exámenes médicos, exámenes de laboratorio,. imágenes y estudios neuropsicológicos. Una vez el médico. esté seguro de que las dificultades cognitivas son por el. COVID, hay estrategias de estilo de vida para ayudar a. controlar la niebla mental:
 

Planificación.

Planifica, prioriza y marcar un horario con tiempos para. descansar, rotando entre tareas mentales y físicas. Escribe lo. que necesitas reforzar en tu memoria.  Lleva un diario de. síntomas para encontrar factores desencadenantes y. estrategias útiles para el tratamiento; y pide ayuda cuando te. sientas abrumado. La terapia cognitiva profesional es muy útil. en el proceso de recuperación.

Sueño consciente.

Según The Sleep Foundation, los adultos, de 18 a 64 años,. necesitan un promedio de 7-9 horas de sueño. El descanso. es la recarga del cerebro y del cuerpo. Dormir bien es. importante cuando se lucha con la niebla mental, y para. lograrlo debes evitar el café después de las dos de la tarde,. crear un ritual relajante antes de dormir, tomar una ducha. caliente y evitar la luz azul de los dispositivos electrónicos por. lo menos una hora antes de acostarte.

Dieta.

La dieta mediterránea es saludable para el cerebro. Esta. incluye vegetales, granos integrales, frijoles, aceite de oliva,. frutas, nueces y pescado, que tienen grandes propiedades. antiinflamatorias. Evita los alimentos procesados. Recuerda. beber agua durante el día y evita el consumo de tabaco,. alcohol y drogas.

Ejercicio.

El ejercicio es beneficioso en la lucha contra la niebla. mental. Sin embargo, comienza despacio, con movimientos. suaves y estiramientos cortos. Lo recomendable es hacer 30. minutos diarios, cinco días a la semana. Recuerda calentar y. estirar, entre 5 y 15, minutos antes y después de la sesión de. ejercicio.. Socialización. Sé intencional al socializar. Rodéate de personas y. actividades que mejoren tu estado de ánimo. Dedícale. tiempo a la lectura, a escuchar música, a mejorar tu. respiración, a practicar mindfulness, a meditar y mantener. una actitud agradecida y positiva ante la vida.

Sé consciente de otras condiciones. Busca ayuda médica si sientes dolor de cabeza refractario,. entumecimiento, hipertensión, diabetes, depresión,. compromisos del hígado, riñón, corazón, pulmón u otros. órganos.. Es poco probable que la niebla mental sea una condición. permanente.  Una reciente investigación, publicada en Brain. Communications, mostró que los sobrevivientes de COVID-19. tenían déficit de atención hasta nueve meses después del. COVID-19 y mala memoria hasta seis meses después. Luego. de ese tiempo recuperaban sus funciones cerebrales normales. La mejor manera de superar la niebla cerebral es. darle descanso a tu cerebro.

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