¿Qué le hicieron a Messi para crecer?
Lionel Messi ha sido considerado un verdadero extraterrestre por los fanáticos futboleros, quienes se cuestionan de dónde saca tanta destreza este hombre, que a pesar de sus limitaciones de estatura, logró superar barreras y llegar a ser reconocido como el mejor jugador del mundo.
Vale la pena el recuento histórico de su relación con el balón, que dicho sea de paso, supera los estándares, por lo menos en este planeta: Messi tiene más de 80 títulos homologados en el libro de los Guiness Records. Entre ellos se cuenta la proeza de haber superado los 804 goles, en más de 1020 partidos jugados, lo que lo convierte en el máximo goleador en la historia del fútbol.
Todo esto, a pesar de no ser lo que podría considerarse físicamente un súper hombre. Messi mide 1.69 metros, y aunque es más alto de lo que muchos creen, su sobrenombre, ‘La Pulga’, remite a una deficiencia hormonal que padece de nacimiento, y le fue descubierta cuando jugaba en Newell’s Old Boys de Rosario, Argentina. Tenía cerca de 10 años, medía 1.25 metros, y aunque ya se perfilaba como un grande del fútbol, su baja estatura amenazaba con mandar al traste su prometedora carrera.
Fue el endocrinólogo, Diego Schwarzstein, quien lo recibió en su consultorio cuando los técnicos del equipo resolvieron que el asunto de la estatura de Messi debía tratarse con urgencia. De hecho, los pronósticos lo condenaban a medir 15 centímetros menos, de no haber sido por el tratamiento al que fue sometido durante su adolescencia.
En Argentina, donde el fútbol es una religión y los futbolistas casi dioses, Schwarztein es considerado todo un héroe porque se dice que sin este tratamiento, la historia del mejor jugador del mundo sería diferente. Sin embargo, el endocrinólogo es categórico al afirmar siempre que “la calidad futbolística de Leo es tan grande, que habría sido un crack, incluso midiendo 1,50 metros de estatura”.
Lo cierto es que después de varios análisis, el especialista rosarino, decidió someter al pequeño Messi a terapia de reemplazo de la hormona de crecimiento, un tratamiento costoso, largo y dispendioso, que consistía en inyectar diariamente la versión sintética de la sustancia para suplir su deficiencia en el cuerpo del futuro astro. Leo ha contado varias veces que aprendió a aplicarse él mismo sus dosis. “Era una aguja muy chiquita y le inyectaba la cantidad que tenía que aplicarme. No me dolía”. Era algo que tenía que hacer, y lo hacía con normalidad”, afirmó Messi.
La familia Messi-Cuccittini no era precisamente adinerada, sin embargo la seguridad social que cubría a su padre, en ese entonces trabajador de una siderúrgica, pagó los primeros años del costosísimo tratamiento. Y cuando Messi ya se perfilaba como una estrella, el Barcelona decidió terminar de pagar su tratamiento.
En sus entrevistas, el doctor Schwarztein siempre aclara que la terapia de reemplazo hormonal hizo crecer a Messi porque tenía una deficiencia de esta sustancia en su organismo, pero que no por ello se convirtió en semejante astro. Y cuenta que en ese entonces, cuando el futbolista de nueve años le manifestaba su preocupación por su baja estatura, él lo tranquilizaba diciéndole: “Quédate tranquilo que vas a ser más alto que Maradona. No sé si vas a ser mejor, pero si más alto”.
Schwarztein cumplió: Messi creció hasta superar, por dos centímetros a Maradona, quien medía 1.67 metros; y lo de ‘mejor jugador’ se ha convertido en tema de largas discusiones de apasionados por el fútbol.
El caso es que es importante aclarar que no cualquiera que se someta al tratamiento de reemplazo de la hormona de crecimiento, crece como le sucedió a Messi. “No tenemos la pastillita mágica para crecer”, aclaró el especialista en alguna entrevista en la radio argentina. “De ser así -agregó- sería fácil jugar en la NBA. Nos tomamos la pastilla y llegamos a medir más dos metros para poder jugar básquetbol. Pero esto es imposible”.
La deficiencia de hormona de crecimiento es una condición médica que se diagnostica mediante pruebas específicas y solo quienes la padecen se benefician del tratamiento. En caso contrario, pueden presentarse efectos secundarios graves como diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, entre otras complicaciones.
Los especialistas suelen recalcar la importancia del diagnóstico certero, dado que el crecimiento es uno de los temas de salud que más preocupan a los padres. Además, según los estándares latinoamericanos, no todas aquellas personas que midan 1.60 metros de estatura sufren de déficit de la hormona de crecimiento. Para diagnosticar esta enfermedad los endocrinólogos no solo someten a los pacientes a diversas pruebas médicas y evalúan características como edad, peso, estatura. También estudian su entorno familiar, dado que la carga genética juega un papel importantísimo en el crecimiento de los niños.
El caso de Messi fue diferente: ni su padre, ni su madre, ni sus hermanos, se caracterizaron por ser los más bajos del colegio, o del equipo, como le sucedió al pequeño gigante del fútbol, quien además ha tenido que vivir con el sobrenombre de ‘La Pulga’, a pesar de que a estas alturas se aleje mucho del tamaño del diminuto insecto.
Por sus siglas en inglés, a esta deficiencia se le conoce como GHD (Growth Hormone Deficiency) y es un trastorno clínico causado por problemas en la glándula pituitaria, que afecta tanto a niños como a adultos. Hasta hace poco se pensaba que el efecto de esta hormona finalizaba una vez terminado el proceso de crecimiento de una persona, sin embargo a pesar de que su nombre remita al crecimiento longitudinal, también tiene efectos metabólicos en el organismo de los seres humanos. De hecho, de no tratarse su deficiencia, no solo afecta el normal crecimiento de la persona, sino también el desarrollo de su masa muscular y ósea, además de la acumulación de grasa corporal. Sin embargo, la recomendación, como siempre, es que quienes requieran de esta terapia la reciban bajo supervisión médica.
Es cierto que el cuerpo humano produce esta hormona durante toda la vida, pero disminuye gradualmente con la edad. La mayor producción ocurre durante la infancia y la adolescencia, cuando el cuerpo crece y se desarrolla con mayor velocidad, y comienza a disminuir a los 20 años.
Por fortuna para Argentina, y para Leo, el médico Schwarztein descubrió la condición que lo aquejaba. Hoy Messi no sólo es un astro del fútbol, es también la cara de una condición poco común, que debe tenerse en cuenta para que ningún niño que la padezca se quede sin ser diagnosticado y tratado.