¿Qué es el Síndrome de Asia?

Una extraña sintomatología, llamado el Síndrome de Asia, ha empezado a afectar las mujeres con prótesis de seno, al punto que cirujanos plásticos, como Alan González, ahora las extraen en vez de implantarlas. Así habla el especialista sobre el tema.

El Síndrome de Asia enciende una alarma en la cirugía plástica mundial. Al consultorio del reconocido cirujano Alan González llegan a diario mujeres, muchas de ellas famosas, entre ellas las actrices Marcela Mar, Angelly Moncayo y la diseñadora Johanna Rubiano, a pedir que les retiren sus prótesis mamarias porque sienten que sufren del famoso Síndrome de Asia. En esta entrevista, el especialista explica de qué se trata la sintomatología y cuáles son los riesgos de una mujer que se implanta.


TOPDOCTOR MAGAZINE EN ESPAÑOL: Muchas mujeres tienen miedo de ponerse prótesis mamarias por el síndrome de Asia ¿Qué piensa?

Alan González: Vamos a empezar por el principio de este tema que genera tanta polémica y preocupación a la vez. Yo lo llamo el síndrome de la incomprensión porque ni los médicos, ni pacientes, ni los familiares, lo alcanzan a entender, pero pasa. En el 2011, los doctores Shoenfeld y Nancy Agmon-Levin encontraron que había una serie de pacientes que compartían unos síntomas característicos que afectaban su calidad de vida y que tenían en común algunos de estos tres antecedentes: el uso de vacunas, el contacto con metales pesados o tener dispositivos con silicona dentro de su cuerpo. Ellos llamaron a eso el síndrome de Asia, un síndrome antiinflamatorio y autoinmune producido por adyuvantes que son este tipo de sustancias o elementos que en cualquier momento generan la aparición de estos síntomas. En la literatura mundial se describe que solo el 1% de las pacientes podrían presentar una respuesta autoinmune a los implantes. Pero resulta que en mi práctica, de unos años hacia acá, ha aumentado la cantidad de pacientes que vienen con dolores articulares y musculares, insomnio, ansiedad, depresión, fatiga crónica, ataques de pánico, dolores de cabeza persistentes, ojos secos, boca seca, caída del cabello, piel inflamada y una cantidad de síntomas que se han estudiado por años sin resultado. Familiares y pacientes están desesperados y resulta que a lo único a lo que pueden achacar estos síntomas es a sus implantes mamarios. A esas pacientes las hemos sometido a una explantación, es decir, retirar el implante junto con la cápsula e inmediatamente les hacemos una reconstrucción mamaria. Porque explico inmediatamente, porque muchas cirugías de explantación son aisladas. Es decir, se hace la explantación, se deja que cicatrice el tejido mamario y después de seis meses, o un año, se hace una reconstrucción. Yo lo hago al tiempo, hago la explantación y con el tejido mamario de la paciente hago la reconstrucción.

¿Qué sucede? estas señoras se operan, no se han hecho ningún tratamiento adicional y a la semana siguiente, o al año, mejoran sus síntomas de manera progresiva. En la comunidad científica hay unos que dicen que sí son los implantes, otros dicen que no, yo tengo la duda. Y al tener la duda dije voy a parar de hacer implantes y me voy a dedicar a investigar. Hasta la fecha tenemos 670 pacientes explantadas. Vamos a seguir observando hasta las 1000. El equipo de bio estadistas está trabajando para tener un
documento científico real a partir de la observación. En este momento tenemos la existencia de tres posibles enfermedades relacionadas con los implantes: La primera es el linfoma de células gigantes que es la alteración estructural de la célula relacionada con procesos inflamatorios severos como respuesta
al implante. La segunda es la sospecha del Síndrome de Asia que es toda esa cantidad de signos y síntomas asociados. Y la tercera es el carcinoma escamoso. Antes pensábamos que no pasaba nada y ahora debemos decirle a los pacientes, “¡pilas, porque puede presentarse esto!”.

T.D.M.E: Explantó a la actriz Marcela Mar. ¿A qué otras famosas ha explantado?

A.G: Sí, a Marcela le retiré los implantes hace unas semanas. Son muchas las famosas, unas lo dicen y otras no. Por ejemplo, la actriz Angelly Moncayo, que es una de las pacientes más activas en la comunicación de este tema, tenía una vida normal y se empezó a sentir enferma. Se le descartó el linfoma, pero seguía enferma y llegamos a la conclusión de que podía ser un Síndrome de Asia.

La operamos y empezó a mejorar sus síntomas, la tiroides, los dolores articulares, la inflamación, bajó de peso. Y así, entonces, se fueron enterando muchas otras: Marcela Mar, Johanna Rubiano, Verónica Orozco, Natalia Durán, Tuti Vargas, que no se operan solo conmigo. Fíjate, yo no veo ninguna de ellas que se sienta frustrada, todas se sienten felices y tranquilas. No hablan de esas supuestas deformidades secundarias, que el seno les va a quedar como una bolsa desocupada. Lo que pasa es que hay algo cierto y es que esta es una cirugía compleja que requiere de experiencia y conocimiento, no solo para quitar el implante y quitar la cápsula, también para reconstruir con lo que queda.

T.D.M.E: ¿Cómo se hace esa reconstrucción?


A.G: A partir de años de trabajo y de investigación, le he propuesto a mis pacientes que la cicatriz sea menos invasiva sobre el tejido. Una T invertida siempre te va a generar una sensación de inconformidad estética, de inseguridad. Una cicatriz en L es mucho menos notoria y menos incómoda para las pacientes, sus parejas y para su vida. Con esa técnica he podido lograr la remodelación del tejido interno que queda, para poder hacer las dos cirugías en una. Porque no es solo me quito el implante, es cómo me va a quedar. Ahora no importa porque estoy maluca, pero después de que uno se siente mejor, se quiere ver mejor. Esa técnica, que llamamos Bralan, es una reconstrucción mamaria con una elevación anatómica del tejido. Hay pacientes incluso a las que le quitamos el implante y en la casa les dicen que les pusieron otro implante, pero lo que hicimos fue rotarles el tejido y darle la conformación al escote.

T.D.M.E: ¿O sea que usted hoy recomienda a las mujeres ponerse prótesis mamaria

A.G: Te soy claro, yo en este momento no estoy implantando. Estoy dedicado a investigar porque cuando vaya a operar a alguien tengo que decirle clarito tienes que esperar esto, esto y esto. Considero que con los antecedentes que tienes puedes hacerlo o mejor no. Eso a mí me produce tranquilidad, pero hasta que no me produzca esa tranquilidad pues no lo voy a hacer. Voy a seguir profundizando y viendo de qué
manera podemos orientar esto. Pero, obviamente, puedo decir que en el mundo el 100% de los cirujanos están implantando y no está mal porque esto no está prohibido, los implantes son seguros hasta la fecha. El tema es que hay unas dudas con respecto a la implantación y tengo más de 600 pacientes operadas a las que les quito el implante y se han sentido mejor, eso me ha generado una duda profunda.
Adicionalmente, hay que tener claro que pueden existir otras alternativas quirúrgicas para los senos, no asociadas a los implantes, como colocar grasa cuando queremos aumentar, la rotación del tejido para que dé el aspecto de mayor volumen, mejorar la técnica quirúrgica para que las cicatrices no sean tan notorias, o sea una cantidad de cosas que nos han permitido desarrollar más posibilidades para que las pacientes puedan alcanzar su objetivo desde el punto de vista estético y que estos procesos sean más
manejables y prevenibles hacia el futuro.

T.D.M.E: ¿Y qué le diría a quienes tienen implantes?

A.G: A las personas que los tienen les recomiendo que los disfruten. Que se sientan tranquilas y cómodas, pero que recuerde que tiene una responsabilidad consigo mismas, que es analizar bien cómo se sienten y contarle a su cirujano. Háganse el autoexamen mamario todos los días, analicen qué síntomas tienen; recuerden que los implantes mamarios tienen un tiempo de vida útil de 10 años. Una vez le saqué a una señora unos implantes con los que estuvo 34 años, ya estaban casi calcificados. El objetivo no es crear, que esto quede clarísimo. El objetivo es generar una duda y una responsabilidad de quien tiene un implante puesto.